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Una propuesta contra el pueblo
El actual directorio de la Cámara de Industria, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco), en ocasión del Foro Económico “La Bolivia Que Queremos”, realizado en junio del presente año, presentó una propuesta de modelo económico elaborado por el Centro de Economía (Cebec), que plantea políticas y estrategias para el desarrollo económico del país, afirmando que la crisis actual se profundizará y que “si no actuamos a tiempo nos encaminamos peligrosamente hacia la inestabilidad”, ya que la falta de divisas influye en la compra de maquinaria e insumos, el incremento del dólar paralelo y la inflación que ahondan los problemas estructurales de la economía nacional, alimentados por el crecimiento del sector público sin mejoras cualitativas y bajo desarrollo institucional, con un alto deterioro del empleo.
Así, según la Cainco, la baja en los ingresos de divisas por la venta de hidrocarburos, que ha caído casi un tercio en relación con la década pasada, como también el ascenso del crédito público interno con las reservas internacionales –vía créditos del Banco Central de Bolivia (BCB) y los fondos de pensiones– contribuyen a la situación actual. La lenta recuperación se explica por desaciertos de política económica que agudizan la falta de divisas, la no emisión de bonos soberanos en 2021 y 2022, la devolución del crédito del Fondo Monetario Internacional (FMI), la falta de estrategias de endeudamiento en el período señalado, retraso en la aprobación de la Ley del Oro, la aprobación de normas para evitar la fuga de divisas y la opacidad y falta de transparencia en el manejo económico del Gobierno.
Las propuestas de la Cainco se resumen a continuación:
- Aliento a la agroindustria mediante la aplicación de biotecnología, la ampliación de la frontera agrícola, la seguridad jurídica sobre las tierras y la libre exportación y un mejor control de fronteras;
- Incremento de la producción maderera mediante una mayor seguridad jurídica, ordenamiento de las instituciones del sector, mejoras en el financiamiento y convenios con países con mercado;
- Incremento de la producción y exportación de carne bovina eliminando las barreras a la exportación;
- Promoción de la recuperación del turismo receptivo internacional mediante disminución de costos de transporte, aplicación de empleo parcial, promoción de la visión de país, política de cielos abiertos y seguridad jurídica;
- Promoción y poyo al desarrollo de los servicios digitales;
- Aceleración de la explotación del litio consensuando la participación privada;
- Renacimiento del sector minero, promoviendo la participación privada con seguridad jurídica e industrialización en el país;
- La reactivación de la extracción de hidrocarburos en campos maduros y el ingreso de actores privados en nuevas inversiones petroleras.
El documento de la Cainco muestra claramente la falta de una evolución en la visión de la oligarquía empresarial de Santas Cruz, recordándonos las mismas visiones y propuestas de hace 40 años: insistiendo en la ampliación de la frontera agrícola y el fortalecimiento del agronegocio en una visión totalmente extractivista de un modelo agropecuario y forestal exportador caduco en muchos países del continente y otras regiones del planeta que ha producido serios efectos sobre el medio ambiente y la salud humana.
La propuesta no repara en la sostenibilidad de los recursos naturales, especialmente en la conservación de las tierras productivas para la población actual y futura, entregando estos recursos a la voracidad capitalista que lastimosamente ya tenemos en nuestras entrañas con la presencia de las principales corporaciones del agronegocio de los Estados Unidos y Europa, con la incursión de terratenientes brasileros, argentinos, paraguayos y menonitas que se han apropiado de las tierras “cambas”, al amparo de negociados delictivos y la mirada soslayada de las instituciones del sector. Por demás está señalar que la propuesta atenta contra la soberanía y seguridad alimentarias y contra los productores campesinos y comunitarios.
Ante esta nueva arremetida de los precursores del agronegocio, que promueven la expansión de la agropecuaria extractivista, que a mediano plazo incidirá en el deterioro de nuestros bosques, suelos y biodiversidad, modelo que promueve la exportación y libre sistema de cambio monetario, resultará indefectiblemente en la acentuación de la pobreza en nuestro país.
Hacia una Bolivia de todos, con soberanía y seguridad alimentarias
Exhortamos al Gobierno a aplicar con urgencia un cambio sustancial en las políticas actuales del control de divisas por la exportación de bienes, la aplicación de impuestos a la tierra y la producción extractivista y, fundamentalmente, dar pie, a la cabeza de campesinos e indígenas, a ejecutar una tercera reforma agraria que revierta el nuevo latifundio desarrollado al amparo de funcionarios corruptos que enmascaran el ingreso de empresas y empresarios extranjeros que se aprovechan de tierras vírgenes de alta fertilidad, de las subvenciones y exenciones de impuestos, para que finalmente las ganancias de las exportaciones queden en paraísos fiscales en el exterior, afectando la circulación de divisas y el crecimiento económico en beneficio del pueblo boliviano.
Proponemos el impulso de una agricultura sostenible para la producción de alimentos sanos y saludables para la población, al margen de cultivos biotecnológicos (entiéndase transgénicos), cuyos efectos sobre la salud humana y animal y el deterioro del medio ambiente, la biodiversidad y la sanidad de suelos ha sido y es ampliamente conocido a nivel globalmente. No es posible que en el Estado Plurinacional de Bolivia se atrinchere y posicione un modelo perverso y destructivo y que genera mayores cinturones de pobreza.
MG
