Tras siete días de caminata, la denominada «Marcha para Salvar Bolivia» llegó a la ciudad sede de gobierno el 23 de septiembre.
La marcha ha logrado rearticular al bloque social popular, tanto por su capacidad de interpelar al pueblo boliviano, especialmente a indígenas, campesinos y obreros, como por las reacciones que ha provocado la intervención del gobierno en: la emboscada fallida en Vila Vila, y particularmente en la localidad de Ventilla donde grupos paraestatales agredieron violentamente a vecinos y comerciantes generando enfrentamientos que culminaron en una victoria popular de apoyo, resguardo y adhesión a la movilización, que definió el simbólico paso de la marcha por la ciudad de El Alto entre vítores y respaldo popular.
Así, se ha evidenciado la soledad del gobierno que pretende suplantar la base social por el aparato represivo del Estado recurriendo a policías, militares, funcionarios y grupos paraestatales para frenar la protesta social. Paralelamente a la marcha, antes, durante y después, se desplegó un aparato comunicacional en redes sociales de gran magnitud que buscaba tergiversar la información, proyectar una imagen distorsionada e imponer una narrativa de victimización del gobierno cuyo costo económico no se podrá sostener indefinidamente sobre la realidad boliviana.
Aunque la marcha en sí misma representa un acontecimiento político importante, falta en la fuerza movilizada concretar un horizonte revolucionario común que pueda rearticular definitivamente al sujeto histórico revolucionario. Es crucial que tanto las bases movilizadas como sus dirigencias asuman un mayor grado de organización, planificación logística y operativa bajo objetivos claros. A no olvidar que en el proceso de desmovilización muchos compañeros/as fueron atacados por grupos paraestatales y policiales, en un estado de total indefensión, esto no debe volver a pasar.
Necesitamos fortalecer y radicalizar el proyecto histórico, clarificar los objetivos de profundización del proceso de cambio en la necesidad de continuar con el modelo y la nacionalización de los sectores estratégicos de la economía nacional, la redistribución económica, el control y planificación desde el Estado, es recuperando esta perspectiva que será visible el enemigo capitalista y oligarca, sus estructuras políticas tradicionales, sus operadores estatales y medios de comunicación aliados. Con el objetivo claro veremos a los ojos al enemigo, y la lucha será.
Ahora, el gobierno asume nuevamente su rol traicionero: hablando de diálogo y medidas de consenso inicia acciones dirigidas a judicializar la movilización y la protesta, comprar dirigencias y reprimir a quienes no se vendan.
Convocamos a todas las fuerzas políticas y organizaciones revolucionarias a construir y a realizar todos los esfuerzos necesarios para avanzar en un proceso revolucionario junto al pueblo.
¡VoM!
Dirección Nacional
Movimiento Guevarista
Bolivia, 27 de septiembre 2024