Tanto el golpe de Estado de 2019, como el conjunto de arremetidas de la derecha boliviana entre 2006 y 2018, se han nutrido de un discurso conservador racista, discriminador y colonial, clasista, de defensa de la gran propiedad privada, sobre todo de tierras productivas, y pro terrateniente y pro burgués, así como machista y patriarcal. Esos son los alimentos, el sustento ideológico de la derecha conservadora a los que el Proceso de Cambio se opuso, combatió e incluso derramó la sangre valerosa de cientos de compañeras y compañeros. Por ello, la Ley 348, promulgada por el expresidente Evo Morales el 9 de marzo de 2013 con el título de “Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida libre de Violencia”, fue una conquista revolucionaria que reconoce la situación de opresión de las mujeres como hito a ser superado para hacer posible cualquier revolución.
Hoy, quienes buscan borrar esta gran conquista popular son agentes de la contrarrevolución y del retorno del conservadurismo, y a quienes es necesario cuestionarles si están bajo los principios y objetivos del Proyecto Histórico del Proceso de Cambio o si definitivamente han saltado a la derecha reaccionaria.
Exhortamos a las organizaciones y movimientos sociales, a las fuerzas revolucionarias y progresistas de nuestro país y a dirigentes sociales y políticos con conciencia revolucionaria y memoria histórica, a no dejar que la ola populista de derecha se imponga y fortalecer radicalmente el sendero revolucionario.