Hace poco se celebraron los 27 años de la fundación del Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (IPSP), pero muy poco se ha reflexionado sobre su andar durante estos.
La vigencia del IPSP tiene que ver con sus tesis fundacionales fundamentales y esas están en el socialismo comunitario y en la necesidad de superar las contradicciones del colonialismo y la opresión blancoide y del capitalismo y la explotación de clase contra la burguesía, que siguen vigentes, mientras la urgencia de construir una sociedad mejor es imperiosa.
Pero ese andar que permitió construir un horizonte común (que articulaba) y un bloque social revolucionario, a la cabeza de campesinos e indígenas rebeldes y revolucionarios, solo fue posible con un correcta identificación del sujeto histórico revolucionario, el que hoy se ha ido diluyendo frente a discursos liberales que pugnan por brindarle a la llamada “clase media” un papel superior en el Proceso de Cambio u ofrecer a una dinastía indígena (y su séquito) el papel dirigente sin vencer al capitalismo, pues la “complementariedad” no comprende la lucha de contrarios.
En ese devenir, desde el impulso inicial y revolucionario del Proceso de Cambio, algunas dirigencias sociales y políticas ya no asumen ni el proyecto histórico ni el sujeto revolucionarios, por lo que el llamado hoy debe ser por recuperar ese proyecto socialista anticolonial, antipatriarlcal y anticapitalista y fortalecer un sujeto histórico revolucionario dispuesto a retomar la historia y hacer la revolución.
MG