Homenaje al compañero presidente Allende y a su pueblo a medio siglo del golpe en Chile

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El martes 11 de septiembre de 1973 las tres ramas de las Fuerzas Armadas, con apoyo de civiles y servicios especializados extranjeros (CIA y otros), al mando del comandante del Ejército, general Augusto Pinochet, derrocaron al presidente chileno Salvador Allende, poniendo fin a la experiencia de la Unidad Popular (UP).

La coalición de la UP, liderada principalmente por el Partido Comunista (PC) y el Partido Socialista (PS), fue creada de cara a las presidenciales de 1970, en la cual triunfó Salvador Allende, abriendo paso a la “vía chilena al socialismo”.

La “vía chilena al socialismo”, fundamentada en el legendario Programa de las 40 medidas, se proponía, de manera inédita, un tránsito pacífico al socialismo: esto es por la vía electoral y a partir del respeto pleno a la institucionalidad republicana, el multipartidismo, la pluralidad ideológica, de credos, entre otros.

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En sus mil días en el gobierno, el “compañero presidente” vio acrecentarse el apoyo que la ciudadanía le tendía a la UP, pasando de un 36% en las presidenciales de septiembre de 1970 a un 51% en las municipales de 1971 y un 43% en las parlamentarias de 1973. Lo anterior cerraba las puertas a la oposición para recurrir a cualquier opción de destitución del Ejecutivo por la vía legal.

En cuanto a la política exterior, a días de asumir la presidencia el gobierno de la UP estableció relaciones diplomáticas con Cuba y China, estrechó vínculos con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y se adhirió en 1971 al Movimiento de Países No Alineados (Mnoal), reforzando así una postura soberana alejada de la influencia del imperialismo yanqui.

En el ámbito interno supo expresar las demandas históricas de la población al nacionalizar la totalidad de las empresas monopólicas nacionales y extranjeras –entre ellas la minería del cobre en 1971; “el sueldo de Chile”, como le llamó Allende–, la banca, profundizando la Reforma Agraria, dando creación, finalmente, al Área de Propiedad Social (APS).

También en el orden interno, en la esfera social, desplegó un sinnúmero de planes que beneficiaron a las y los humildes, como un histórico programa de construcción de viviendas sociales dignas a través la Corporación de la Vivienda (Corvi), con la proyección de construcción, en el primer año de gestión, de 79 mil 250 viviendas y la urbanización de 120 mil 505 sitios. Casas para obreros de 56m².

Asimismo, creó una red de centros vacacionales para la clase trabajadora y sus familias; implementó el medio litro de leche diario para cada niño del país, entre otras notables políticas públicas tendientes a elevar la calidad de vida de la población en su conjunto.

Como era de esperarse, la reacción a la implementación del socialismo propuesta por Allende tuvo una reacción desde el primer minuto por parte de la burguesía. Misma que en 1970 intentó impedir que, una vez electo, asumiera la Presidencia, generando un complejo plan sedicioso llamado a desatar el caos y cuyo sumun fue el asesinato del comandante en jefe del Ejército, el general constitucionalista René Schneider. Luego, entre los años 1971 y 1973, la derecha propició un persistente boicot parlamentario –con recurrentes acusaciones constitucionales contra los ministros–, paros patronales y gremiales, a la par de la creación de bandas para militares y la puesta en marcha de operaciones sediciosas terroristas que afectaron la estructura y normal funcionamiento del país a partir de atentados a fábricas, puentes, red ferroviaria, tendidos eléctricos, oleoductos, gasoductos, asesinatos de militares leales, entre otros.

En respuesta, el pueblo chileno prosiguió con su voluntad de construir una sociedad socialista, y junto a multitudinarias jornadas de trabajo voluntario, para apuntalar la economía del país, creo de manera espontánea órganos de poder popular que se multiplicaron a lo largo y ancho del territorio nacional, coordinando tareas de obreros, pobladores, campesinos, pueblos originarios, profundizando a diario la propuesta de la UP.

Finalmente, la cristalización de la lucha de clases se dirimió, el 11 de septiembre, en favor de la burguesía y en contra de la UP. Fiel a su lealtad al pueblo, el presidente Allende desde el Palacio de La Moneda, junto a los compañeros de su escolta, combatió durante horas al golpismo, perdiendo la vida pasado el mediodía.

En una velada solemne en homenaje a Allende y el pueblo de Chile, el 28 de septiembre de 1973, desde la Plaza de la Revolución de La Habana Fidel Castro señaló:

“Los fascistas han tratado de ocultar al pueblo de Chile y al mundo este comportamiento extraordinariamente heroico del presidente Allende. Para ello han tratado de enfatizar la versión del suicidio.

Pero incluso si Allende, herido grave, para no caer prisionero del enemigo hubiese disparado contra sí mismo, ese no sería un demérito sino que habría constituido un gesto de extraordinario valor (APLAUSOS).

¡Qué pretenden negarle al presidente Allende! ¡Qué puede negársele en esa hora suprema de sacrificio y de heroísmo!

Calixto García, una de las figuras más gloriosas de nuestra historia, cayó prisionero del enemigo. Y cuando a la madre le informaban que su hijo estaba prisionero, ella dijo: ¡ese no puede ser mi hijo! Pero cuando le dijeron: ¡antes de caer prisionero se disparó un tiro para privarse la vida!, ella dijo: ¡ah, entonces sí: ese es mi hijo! (APLAUSOS).

Después de muerto el presidente Allende han tratado de lanzar lodo sobre su limpia figura, de una forma baja, innoble y ruin.

¡Pero qué puede esperarse de los fascistas! Incluso han sacado a relucir el fusil con que combatió Allende, el fusil automático que nosotros le obsequiamos, tratando de hacer propaganda burda y ridícula con eso. ¡Pero los hechos han demostrado que ningún obsequio mejor al presidente Allende que ese fusil automático para defender al Gobierno de la Unidad Popular!

Fue mucha la razón y la premonición que tuvimos al obsequiarle ese fusil al Presidente. ¡Nunca un fusil fue empuñado por manos tan heroicas de un Presidente constitucional y legítimo de su pueblo! (APLAUSOS).

¡Nunca un fusil defendió mejor la causa de los humildes, la causa de los trabajadores y los campesinos chilenos! (APLAUSOS) ¡Y si cada trabajador y cada campesino hubiesen tenido un fusil como ese en sus manos, no habría habido golpe fascista! Esa es la gran lección que se desprende para los revolucionarios de los acontecimientos chilenos.”

La espiral, documental sobre la UP, Allende y el golpe.
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