La semana pasada estuve visitando varias comunidades del Valle Alto de Cochabamba y participé en una asamblea de la Subcentral 15 de Agosto del municipio de Anzaldo. En el recorrido fue notorio observar que pocos terrenos fueron sembrados, más o menos en un 20% y con siembras tardías. A estas alturas del año, ya salían choclos a los mercados locales, pero este año no.
La principal causa es la sequía que azota a todo el Valle Alto, que ha impedido realizar las respectivas siembras en su oportunidad y en todos los terrenos, que son de muy buena fertilidad y solo necesitan agua y algún fertilizante orgánico para traducirse en buenas cosechas.
La poca producción que se avizora este año en el Valle Alto, redundará sin duda en una menor disponibilidad de alimentos para las familias campesinas y un incremento de precios en los mercados locales y regionales.
Si bien se han implementado políticas interesantes para la provisión de agua de riego, es notorio, ahora, que dichos esfuerzos han sido minúsculos ante los retos que se nos avecinas con un clima cada vez más cambiante producto, sin duda, del cambio climático.
Una región con alto potencial de producción de alimentos como el Valle Alto, requiere de estrategias más contundentes, con infraestructuras de envergadura, para asegurar el suficiente aprovisionamiento de agua de riego. No debemos olvidar, que gracias a la visión miope de autoridades regionales y municipales, el Valle Alto se está cubriendo de cemento, por el avance de las urbanizaciones.
Otro elemento indispensable es la provisión de fertilizantes, orgánicos, que es posible, de manera inmediata, mediante la producción de humus de lombriz, con lo cual, se puede incrementar los rendimientos de alimentos en el Valle Alto, de manera importante. Cada día, en la región metropolitana de Cochabamba, se “producen” casi dos mil toneladas de basura, de las cuales, el sesenta por ciento son residuos orgánicos, que deberían ser procesados y puestos a disposición de las comunidades campesinas de todo el territorio cochabambino, en una visión acertada de soberanía alimentaria.
Gerardo Rodríguez
Agrónomo
Cochabamba, 27 de diciembre de 2022.