Un 9 de septiembre de 1969, perseguido por la arrecia fascista y por el imperialismo norteamericano, por ese odio al porvenir, el comandante Inti Peredo dio batalla desde un pequeño cuarto de un barrio popular de la ciudad de La Paz.
Las balas de Inti, cargadas del odio del pueblo contra su opresores, cargadas de rebeldía del fuego de la revolución y con la convicción suficiente para liberarse de las cadenas impuestas de lo posible, dieron fiera resistencia hasta que el oprobio se impuso con rabiosas ráfagas de metralla, explosiones de granadas y tiros nutridos disparados por los más de 300 esbirros.
Ese día lograron cegar la vida de Inti, mandaron sus restos lo más lejos posible y quisieron borrar de la memoria del pueblo su luz, pero se equivocan, porque quienes se entregan a la lucha revolucionaria, quienes ponen el cuerpo, el alma y las ideas por la emancipación humana y hacen carne de sus sueños no mueren y renacen con cada brillo de rebeldía, con cada grito liberado contra el poder y el dinero.
Inti es un revolucionario de todos los tiempos, indómito burló a sus asesinos y con su grito radical de ¡volveremos a las montañas! sigue haciendo temblar a quienes le niegan su revolución al pueblo, quienes deforman y retacean su revolución.
¡Inti está presente y seguirá combatiendo hasta la Victoria final!
MG