Jujuy es una provincia en el extremo norte argentino, fronteriza con el departamento de Tarija, que está rodeada al este, al sur y al oeste por la provincia de Salta; ambas forman frontera con el sur de Bolivia. Ahí, hace ocho años y medio, ganó las elecciones para gobernador Gerardo Morales de la Unión Cívica Radical, partido aliado con el PRO de Mauricio Macri, presidente argentino desde 2014 al 2019 con el frente Cambiemos, un gobierno ultraliberal de derecha, y en la provincia, por supuesto, Gerardo Morales aplicó esta misma política: un gobierno muy represivo, tomando medidas antidemocráticas permanentemente, intentando, a través de la legislación, cercenar el derecho de huelga, de la movilización, de la protesta por lo que implementaron distintas medidas represivas como multas que se van incrementando por movilizarse, por hacer una protesta, por marchar a la plaza céntrica o por desplegar un cartel en una escuela, instalando el miedo en la población. O sea, gobernando en base al consenso, por un lado, de las elecciones, pero fundamentalmente a través de meter el miedo en la población. Ante esta política hubo un retroceso de las luchas, una pasividad, pero se fue acumulando mucha bronca.
Hay dos situaciones que se dan en paralelo y en forma simultánea: por un lado, el gobernador Morales llama a elecciones el 7 de mayo para renovar a las autoridades provinciales. Él no va de candidato, sino Carlos Sadir, del Frente Cambia Jujuy, que gana las elecciones con el 49% de los votos. Simultáneamente se eligen convencionales constituyentes para modificar la Constitución. Entonces, se elige el gobernador, 24 diputados provinciales, 48 convencionales y también intendentes y municipales. Gerardo Morales va a presidir la Convención Constituyente que comienza a sesionar en junio. Durante la primera semana no tiene ni siquiera el borrador de Constitución ni el proyecto de reforma constitucional, o sea que sesionan un poco en el aire. Además, en la provincia de Salta se viene desarrollando una amplia lucha docente con corte de rutas en muchos puntos.
El 4 de junio los docentes de la Asociación Docente de Educadores Primarios de la provincia de Jujuy declaran un paro de 24 horas en solidaridad con la docencia de Salta que tiene un 95% de acatamiento. Esto hace que la base docente de Jujuy se plantee desarrollar un paro por tiempo indeterminado, en el que también van a participar los docentes de educación media y superior y universitarios nucleados en el sindicato Cedems, que tenía un Secretario General que era un hombre de Gerardo Morales. Hay una movilización, asambleas, se modifica y se elige una nueva dirección del sindicato de los docentes secundarios y de educación superior, por lo que la huelga se fortalece y se extiende a toda la provincia.
Siguiendo con este proceso paralelo, el 20 de junio se jura la reforma a la Constitución. Ya se conocía desde los días anteriores su articulado, que era hecha a la medida de la política que viene impulsando el imperialismo de extracción de recursos minerales, en este caso particular el litio. Es decir, que las tierras comunitarias, propiedad de los pueblos originarios, que están sujetos a papeles muy precarios porque vienen de la propiedad comunal desde hace centenares de años, no se rigen por la propiedad privada capitalista, sino por la ancestral; aprovechando eso la Constitución de hecho reconoce a los papeles de propietarios privados urbanos que responden o que tienen acuerdos con las empresas para la explotación del suelo, en este caso lo que acelera este proceso es el triángulo del litio que hay en el norte argentino, en el sur de Bolivia y en Chile, un elemento fundamental en este proceso que estamos contando. Y también la reforma a la Constitución convalida leyes más represivas, autoriza a la policía provincial a reprimir las movilizaciones, tanto en la escuela como en las universidades.
Todo esto configura una situación de una fuerte agresión al pueblo jujeño, entonces acá tenemos la lucha salarial docente que comenzó el 4 de junio, como solidaridad con los docentes salteños, pero se extendió en reclamo de sus propias reivindicaciones salariales y ha sido muy fuerte, con un alto acatamiento y a su vez repercute nuevamente sobre los docentes de Salta que se mantienen en estado de movilización y lucha. Pero lo que le ha dado una fortaleza mayor aún es la amplia participación de las comunidades originarias: hay 400 comunidades originarias y parlamentos originarios, de los cuales solamente el 12% tienen reconocida su personería, es decir, que por la nueva Constitución serían los únicos que podrían tener derecho a reclamar sus tierras y este reconocimiento es muy manipulado por el propio gobernador Morales.
La consigna de la lucha es: “Abajo la reforma, arriba los salarios”, lo que da una unidad entre los pueblos originarios, la docencia y los demás trabajadores estatales. Una consigna que cantaban los pueblos originarios, por lo menos los primeros días cuando salieron a cortar las rutas de la provincia. Prácticamente ahí todas las rutas están cortadas en varios puntos, por momentos dejan pasar el tránsito y cuando pasan los chóferes de los autos, camiones, colectivos, muy lejos de repudiar el corte, aplauden, hacen sonar sus bocinas; tienen la solidaridad de importantes sectores del pueblo.
Decía que en los primeros momentos de la lucha los pueblos originarios cantaban: “Hemos vuelto, hemos vuelto de la mano del maestro”. Por supuesto que el Gobierno sigue aplicando medidas y allanamientos, persecuciones, encarcelamiento de manifestantes por el solo hecho de manifestarse, y aplican multas millonarias en peso argentino. Pero, bueno, ante un sueldo de 100 mil o 50 mil pesos, cuatro o seis millones de multa son impagables, esto para cualquier habitante de la provincia.
Lo que nosotros vemos es que la movilización del pueblo jujeño ha trascendido la cuestión salarial, económica, reivindicativa y prácticamente desde que salen los pueblos originarios se transforma en una lucha política de masas. ¿Por qué? Porque está en contra de la reforma de la Constitución, es decir, es una lucha eminentemente política contra la ley fundamental de la provincia, la Ley de la Constitución. Nos da la impresión que esto es lo que le ha dado permanencia, porque ya desde que comenzó la lucha docente el 4 de junio, casi un mes y medio, se mantiene la lucha. No tenemos la última noticia, pero estamos informados de que, pese a los allanamientos, las encarcelaciones, los sumarios, los juicios, muchos de los detenidos son llevados directamente a la cárcel de Alto Comedero, pero la lucha se mantiene y tiene visos de continuar. No todos los días en una provincia entera se mantiene una lucha durante casi un mes y medio.
En las próximas elecciones presidenciales Gerardo Morales, que va a dejar de ser gobernador, será parte de la fórmula presidencial con Rodríguez Larreta, un precandidato presidencial del frente PRO, bajo el nombre de Juntos por el Cambio, que es muy probable que gane la interna y que confronten las elecciones generales con los candidatos del peronismo Sergio Massa y Agustín Rossi.
Por la experiencia que tenemos, de muchos años de militancia, nos entusiasmamos con la lucha de Jujuy, porque una lucha política de masas generalmente tiene profunda repercusiones tanto en la conciencia como en la organización de los pueblos. Esperemos que la lucha del pueblo de Jujuy, con repercusiones en Salta y quizás también en todo el noroeste argentino, tenga estas mismas consecuencias.
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